Hoy, el día sabe diferente, tiene un aroma agradable, está cubierto de paz, esperanza y buenas vibras; es un día distinto a los otros, un día de aquellos que nos trae esperanza, nos llena de alegría y nos rodea la confianza. Cómo no va a ser un día diferente, si ya está entre nosotros, nuestra querida Madre Santísima. Ya se siente en el ambiente una fiesta, en la que todos están invitados: los ricos y los pobres transitan por las mismas calles, sin discriminarse; los blancos, los negros, los cholos, los chazos, se confunden entre la multitud, sin distingo de clases sociales; los niños, los jóvenes, los adultos, los mayores, se unen en una sola ilusión, no importa la edad, todos vibran igual; y, los propios y extraños, saludan a cada paso, se llenan de bondad. Nadie es diferente, todos estamos llenos de fe.
La ciudad se envuelve en el manto protector del amor maternal; los balcones del centro de la ciudad se engalanan; las Iglesias se visten de flores, cuyos colores adornan el esplendor de un pueblo que acompaña la Bienvenida de la adorada Churonita, nuestra querida Virgen de El Cisne. Inicia la quema de castillos, las vacas locas, los cuetes; junto a estos, los bailes que enmarcan el folclor de cada grupo familiar, con el que se rinde un justo homenaje a la Virgen María, a nuestra Madre, en señal de agradecimiento por la protección que prodiga a cada uno de sus hijos durante toda una vida.
Más allá de cualquier credo o religión que puedan profesar, con la llegada de nuestra Reina de El Cisne, Loja se viste de fiesta, Loja se llena de paz; incluso muchos esperan agosto para poder trabajar; otros, vienen desde lejos y aprovechan para ver a su familia, visitar amigos, compadres y vecinos. En fin, la llegada de la Churonita, como cariñosamente la llamamos, marca el inicio de buenos y gratos momentos en los que existe: el perdón, las disculpas, la reconciliación. Como si fuera poco, acorta los días, los vuelve más ligeros; parecería que el tiempo vuela o que el reloj se adelanta a cada minuto, más de lo habitual; lo cierto es que, entre: visitarla, rogarle un favor, agradecerle un milagro o pedirle perdón, los días se pasan pronto, y cuando acordamos nos deja para regresar a su casa el 1 de noviembre.
Bienvenida Virgen Santísima, Nuestra Señora de El Cisne; por favor con tu llegada bendice nuestros hogares, ilumina a nuestras autoridades, guía a nuestros jóvenes. Intercede ante el Señor Nuestro DIOS, para que nos llene de sabiduría y podamos salvar a nuestros hijos de las drogas, del alcohol, de cualquier vicio. Y, por sobre todas las cosas, aumenta nuestra fe, para que los cambios que logremos lo hagamos en nombre tuyo y de nuestro DIOS.
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